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El proceso productivo en la industria farmacéutica está conformado por fases complejas, cuya ejecución conlleva riesgos que pueden resultar peligrosos para la salud de los trabajadores. Según la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OHSA), el riesgo a la exposición de sustancias químicas utilizadas para la producción de fármacos, se ha identificado como uno los principales riesgos en el sector industrial.
Durante su fabricación, se utiliza una variedad de sustancias químicas en altas concentraciones, cuyas características físicas deben ser conocidas para su correcta manipulación. Los principios activos que componen los medicamentos pueden contaminar el área de trabajo y convirtirse en un daño severo para la salud de los trabajadores, en caso estuvieren sometidos a una exposición descontrolada. La naturaleza química de los agentes que conforman el proceso, el estado físico en el que se encuentran y las posibles situaciones que se pueden presentar durante la ejecución, son factores que todo empleador debe tomar en consideración para resguardar la salud y bienestar de su personal ante esta exposición.[1]
Por ello, resulta importante la pronta identificación de medidas preventivas que ayuden a su disminución y efectivo control. Nuestra legislación regula condiciones específicas que deben ser tomadas en cuenta por los empleadores, siendo las siguientes algunas que se pueden mencionar de forma general:
- Las instalaciones deben cumplir con las condiciones máximas de cubicación, ventilación, iluminación y grado de humedad adecuadas.
- Si existe la posibilidad de desprendimiento de sustancias peligrosas en cantidades que resulten perjudiciales a la salud, se debe contar con mecanismos de alarma para la pronta evacuación.
- Las sustancias químicas deben estar debidamente identificadas y contar con sus respectivas hojas de seguridad.
- Las áreas de almacenamiento deben acondicionarse conforme a ciertos estándares y requisitos legales, así como la rotulación e inventario de productos.
- La capacitación al personal es otro eje importante, sin el cual las anteriores medidas no podrán ser efectivas.
Estas son solo algunas de las reglas que nos menciona nuestra regulación nacional, sin tomar en cuenta la normativa técnica y otras buenas prácticas que aportan significativamente en la implementación de procesos de gestión de salud y seguridad ocupacional.
[1] MAPFRE, “Estudio de la situación de riesgos específicos en la industria farmacéutica”, MAPFRE Seguridad No. 70.